Te engulle sin remedio, sin proponérselo, y la resistencia no existe ni se plantea.
Una puerta es la única que divide vida y libertad, de la muerte en vida.
Desde fuera tan solo es una vieja y frágil puerta oxidada; Qué culpa tiene en realidad de que al atravesarla sientas paralizarse tu corazón, que error ha cometido para que lleve consigo la maldición que haga acelerarse tu corazón como si algo o alguien quisiera arrancarte la vida. De todas formas, sigue siendo solo una puerta... pero al mirarla, aunque sea en una foto no puedes evitar sentirte triste y a la vez afortunado de permanecer al otro lado.
Ya estás dentro.
Hay flores y plantas allá donde mires, pero no son flores ni tampoco plantas lo que tú puedes ver; no son sino estatuas vivas de soledad.
La luz lo inunda todo, pero su interior es tan oscuro y triste que se adentra en lo más profundo de uno mismo sin remedio, te atrapa y te lo roba todo hasta que consigues olvidar que existe algo mas allá fuera y dejas de echarlo en falta.
Un día consigues salir de aquel encierro sin esperar nada al otro lado, y ese preciso instante te sacude un viento fresco y reparador que te sacude como si de polvo se tratara todas aquellas sensaciones; sientes volver a la vida, sientes renacer... y sin embargo aunque el único pensamiento que cruza tu mente es el de no regresar jamás, sientes abandonarlo a su suerte.
Así es la casa de mis abuelos y mis tíos, forjada en la soledad, tristeza, egoísmo, codicia y remordimientos ahogados.
Han pasado años desde que escribí esto.
Hoy las cenizas de mi abuelo descansan eternamente bajo la sombra de un olivo, y el tiempo me ha enseñado a crear un caparazón que me impide que el pasado se apodere de mí de esa manera, y sin embargo...sigo sin poder evitar sentir que cada hora trascurrida en ese lugar me arrebate años de vida. En ningún lugar como en ese el pasado me atrapa y me hace sufrir de esa manera.
En fin, que parto esta tarde hasta allí, y voy con ganas de disfrutar de todo, del mar, las nubes, el sol, el viento, (de la lluvia...), veremos quién gana esta partida, si la casa o yo.
Apuesto por mí misma.
viernes, 29 de abril de 2011
Un partido
Etiquetas: ombliguismo
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Un hogar así, no es un hogar. Pero puedes hacer se lo sea durante el tiempo que estes ahí. Y claro, apuesta por ti, siempre por ti. Un besazo guapa. Y que disfrutes del mar, las nubes... ¡de todo!
ResponderEliminarme alegro que seas tan optimista, espero que tu viaje sea lleno de felicidad... beso
ResponderEliminarTransmitiendo angustia eres única, yo creo que a esa casa le falta ventilación.
ResponderEliminar¡Ah!, que gane el mejor, osease, la parte positiva.
ResponderEliminarPásatelo bien y no pienses demasiado en el pasado.
ResponderEliminarSi has apostado por ti, apuestas sobre seguro.
ResponderEliminarDisfruta del finde (¿puente quizá?)
Seguro que acabas por convertir en hogar lo que a ti no te parece tal cosa.
Yo apuesto por ti, que da la impresión de que cuanto más sueltas por el blog, caminas menos pesada y esas cosas.
ResponderEliminarMuchos besos y que lo pases bien.
La realidad no existe, la inventamos nosotros, inventa solo aquello que te haga feliz y disfrútalo.
ResponderEliminarCierra los ojos...y vive tu mundo, de lo contrario, tú pierdes.
ResponderEliminarLas heridas que nos dejan los malos recuerdos son eternas...
Un beso amiga!
Salu2
Fantástica narración. Hay que aplaudirte por esa forma de contar las cosas.
ResponderEliminarYo lo hago desde aquí, ¿me oyes?...
Un super abrazo.
Desgraciadamente, los malos recuerdos no se limpian como el polvo.
ResponderEliminarPero creo que se puede vencer la batalla.
Un Beso... Y Ánimo.
Yo también apuesto por ti. Las heridas tienen que cicatrizar y la mirada comenzará a ver un horizonte diferente. Seguro!
ResponderEliminarUn abrazo
No escribes nada mal. Un saludo.
ResponderEliminarWow Neko, si que me hiciste pensar en la vieja casa de mis abuelos y tíos, en algún momento de la vida yo también decidí dejar atrás esa casa que guarda tristes historias del pasado...hasta que un día volví y me di cuenta de que yo había cambiado y había vencido el pasado.
ResponderEliminarOjala que tu ganes el partido. Un abrazo.
Al ver el balón de fútbol, interpreté lo fácil estos días.
ResponderEliminarLuego llegué a tu abuelo y al olivo, y empecé a leer otra vez.
Es un texto muy críptico y personal, pero cada cual se lo puede adaptar a sus circunstancias.
Lo mejor es hacer trampa y tomar distancia; sin tomar partido.
Disfruta de tus recuerdos, incluso de los menos buenos: Ahora eres poderosa.
Oye, que ya no he dicho nada, pero creo que el resultado acabó en empate... pero bueno, vamos mejorando :D
ResponderEliminarLos empates no siempre son malos, de hecho muchas veces son de lo más recomendable ;)
ResponderEliminar¡Mucho ánimo!