miércoles, 9 de marzo de 2011

Morir en silencio

Llevo todo el camino con la mirada perdida en el horizonte.

El paisaje es precioso; el sol está naciendo por mi izquierda, y todo ha adquirido un color dorado completamente irreal, como si se tratara de un sueño o de una realidad desconocida. No existe mas movimiento que el del crecimiento de las sombras, pero al igual que el final de una buena peli, me ha atrapado completamente y me cuesta pestañear por miedo a perderme un solo fotograma.

Debo tener cara de boba mirando de esa manera el juego de luces y sombras, porque de repente y a pesar del ruido soy capaz de oírle reír a mi lado después de mirarme. "Sí, he visto otros amaneceres antes de este, pero ninguno igual" le respondo a una pregunta que creo intuir.

Tal vez lo que no me he atrevido a decir es que siento que este será el último amanecer que pueda ver, y me siento estúpida por despedirme de él en silencio. La vida está llena de amaneceres que dejamos pasar día tras día sin apreciarlos, pero algo me dice que la vida se me esté agotando y no tenga mas oportunidades que desaprovechar. Siempre he apreciado la tranquilidad de dejar pasar un tiempo que creí eterno, pero ahora, cada minuto que dejé en el olvido, me pesa.

Es la hora.

Su cara de adulto con expresión infantil me invita a sonreír, pero no creo poder ofrecer mas que una mueca como respuesta. Te espero abajo, abajo... te espero. Ha saltado, pero sus palabras todavía resuenan en mi cabeza, él me esperará abajo, yo tal vez no tenga ya nada a quien, ni que poder esperar.
Llevó una eternidad sin respirar, recojo una última bocanada de aquel aire frío que espero sea capaz de congelar mi alma en el descenso y sin mirar abajo, no salto, me dejo caer.

Tardo unos instantes en atreverme a abrir los ojos, pero cuando lo hago siento recuperarlo todo, cada minuto perdido, cada trocito de alma que llegó a congelarse y cada instante de muerte que dejé entrar en vida. Siento renacer, me siento libre; creo volar, pero pasa el tiempo, y la tierra se aproxima arrebatándome las alas.

Intento abrir mi paracaídas, pero algo falla y no reacciono. Mi corazón se para, mis ojos se cierran; el sol se vuelve sombra, el cielo penumbras y la tierra oscuridad. Otro silencioso adiós.



Abro los ojos; me cuesta comprender qué es lo que veo.
Mirando alrededor solo alcanzo a observar caras desconocidas que me miran con sorpresa, alivio y alegría. Me llaman por un nombre que no reconozco como mío, ¿por qué me llaman así? No recuerdo mi nombre, pero sé que no es ese.

Intento incorporarme; las caras de alegría desaparecen.
Permanezco con los ojos abiertos y un cuerpo inmóvil; pasan las horas, me hablan, me preguntan, me cuentan historias que no me interesan, pero yo no abro la boca. La esperanza murió en el mismo momento que lo hizo mi cuerpo, y ya solo deseo que alguien me libre de esta muerte en vida.

26 comentarios:

  1. Hace tiempo le dije a un amigo que si un día me sobraba la pasta, me tiraría en paracaidas con él, y bueno ésto es lo que a mi subconsciente le parece tal idea....

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  2. Buena prosa, buenas imágenes, buen blog :-)
    Se respira muy a gusto por aquí.

    Besitos

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  3. Con algo de suerte en la caída, atravesarás un anillo espectral que te llevará a otra realidad paralela...
    Un nuevo espacio en el que serás tus sueños...y para tu amigo, solo un recuerdo.

    Salu2

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  4. Si ya se perdió todo hasta el nombre, sólo le queda aguantarse con eso, quizás no debería haber saltado.

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  5. ¡Vaya!, al final ¡chof!...

    Buenísimo relato. Felicidades.
    Un besote.

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  6. Ana Bienvenida por aquí, muchas gracias :)

    Toni No sé, tal vez por si acaso me acabe no tirando, que si sale mal, la realidad alternativa a la actual no me ha acabado de convencer. No quiero saltar y darme cuenta que no me gusta volar!

    Iren Creo que no... no debería haber saltado. Salió mal, pero y si hubiera salido bien? y si aunque fuera por un instante le hubiera proporcionado la libertad que necesitaba para de una vez por todas despegar? muchas veces no hay que dejar de hacer algo por el miedo al futuro. De una manera u otra el futuro acaba llegando y no se puede hacer nada para impedirlo.

    Towanda relato, pero también sueño!! el día que se me acaben los sueños, se me acabarán los relatos.

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  7. Debe ser toda una experiencia lo de saltar en paracaidas. Conozco bastante gente que lo ha hecho y todos dicen que es alucinante.

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  8. Quizás sea al revés, cuando se te acaben los relatos, se te acabarán los sueños.

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  9. Ey yo también tengo entre mis planes futuros una buena descarga de adrenalina a modo de caida libre ... pero al igual que tú, cuando un día me sobre la pasta! jeje

    Un saludo!

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  10. Pepe Yo es algo que tengo pendiente, aunque mis sueños me intenten meter miedo, y eso que tengo cierto vértigo que solo en ese momento sabré si soy capaz de superar.
    Tras este sueño le comenté a mi amigo que había soñado que nos tirábamos en paracaidas, y me preguntó ¿y qué tal?, a lo que solo le contesté un "el paracaidas no se abrió". Las risas que se echó....

    Piedra Tal vez sea cierto y tenga ahí dentro atrapados los relatos y solo sé hacerlos surgir con los sueños.

    bitelino a mi el amigo me dice que no es tanta pasta, pero claro, todo es tan relativo.... si cobras mucho no te supone tanto, pero si no. En fin, esperemos que para cuando nos toque, allá con 75 años, los viajes del imserso incluyan el salto en paracaidas!! :D además tiene doble ventaja: se ahorran la pensión de los que no sobreviven a la caida!

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  11. Haz puenting que es mas barato y no has soñado que se te rompe la cuerda. (aun) :P

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  12. jajajaja buena idea!! pero mira, así como el paracaidismo en principio no parece darme miedo... el tema del puenting no me acaba de gustar, parecerá tonto pero me parece mas peligroso!

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  13. Un amigo intentó convecerme de que lo hiciera. Él es aficcionado y se ha presentado a varias competiciones con su grupo de paracaidistas. Siempre le daba largas. Hasta hace dos años que dejo de insistirme. De hecho... después de salir del hospital, salvandose de milagro de una caída, él tampoco ha vuelto a tirarse.

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  14. arrrgggg!!! esas historias si que hacen que me entren ganas! la verdad es que el susto de que salvarte de una caida no se te debe ir en la vida.

    Con lo bien que reaccionó yo ante este tipo de problemas, creo que hubiera acabado como en el sueño, emplastada en el suelo.

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  15. Hola, Neko.
    Muchas gracias por la visita al blog; es un placer poder contar con tu opinión.
    Con tu permiso me quedo un rato en el tuyo y aprovecho para hacerme "seguidor". Espero que no te importe.

    Un saludo.

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  16. JODIDOS (la minina y el sietemesino) menudo nombre largo... bienvenido por aquí, yo encantada de que te des una vuelta para descubrir lo perturbada que está mi mente tras esos sueños extraños :P

    Un saludín

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  17. Joder tía, como escribes...!!! Uno se mete en tu historia sin remedio...

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  18. rombo es que para mí es como contar una peli, es relativamente fácil poner palabras cuando tienes clavadas las imagenes en tu mente.

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  19. Siempre se vuela en dirección al suelo,a toda velocidad.

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  20. yo tengo un conocido que practica parapente y me lo ha ofrecido, pero nunca busco un hueco pero me encantaría....

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  21. jordim el lo único que permanece invariable en la vida de todo ser vivo, la dirección.

    jo :P

    juanajajaja me encanta que mi sueño anime a la gente a lanzarse al vacio, yo estoy hecha un lio, soy una caguetasss!!

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  22. Mi pareja saltó en paracaídas (dos saltos), yo llegado el momento decidí no saltar. Han pasado varios años y sigue soñando con áquel salto. No volvería hacerlo.
    El relato es muy bueno.

    Besos, neko

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  23. Uffff a mi las alturas me dan mucho respeto ( bueeeno me dan un miedo que te cagas) pero a veces lo pienso y me doy cuenta que me echo de menos a mí misma. Cuando era enana, hacia de todo, nada me daba miedo. Ahora me trago Warking Dead de carrerilla y estoy un mes sin dormir.
    Bueno ya me enrrollé xD. Un texto muy bueno, lastima que acabara mal.

    Un besazo.

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  24. Esta vez si me he fijado en la etiqueta, un sueño estupendamente narrado e ilustrado.

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  25. Me haces sentir derrochador, neko; derrochador de amaneceres. Las últimas semanas las vivo como noctámbulo. Despierto cuando el sol ya ha hecho de las suyas. Y ahora que lo pienso, nunca he visto un sol amanecer. Debe ser la hostia.

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