Jeanloup Sieff (1933-2000). Fotógrafo francés
Hace 10 horas
Observo jugar a Zoe con el muñeco del "hombre malo".
Sólo tiene año y medio, todavía está limpia de prejuicios y experiencia, para ella no existe el futuro mas allá de ese momento de diversión, y entre todos los muñecos, el día de hoy su preferido es ese.
Llevo cinco minutos mirándola sin verla, mis ojos siguen fijos en ella, pero mi mente ha volado seis años atrás. Me pregunto sin un día conocerá esta historia...
Tenía veintiocho años.
Llegó un día en el que miró alrededor y vio que no tenía nada dentro ni fuera de si mismo.
Contó el número de años que sumaba sobre su cuerpo y se imaginó todo aquello con lo que soñaba al ser pequeño, y no lo encontró.
Mendigó afecto en la barra de un bar, y por sólo 60 euros, encontró un primer amor.
Se enamoró al instante, tras contemplar su cara de niña de ojos claros y cabello rubio, ni siquiera el torrente de drogas que le recorría las venas cuando la conoció fue un obstáculo para él.
La convirtió en su único nexo con la vida; quiso darlo todo por ella, y para sentirla mas cerca se adentro cogido de su mano en un mundo donde todo era mas sencillo y la vida adquiría colores que ni siquiera había imaginado que existieran.
Y así pasaron meses en que apenas aparecía por casa mas que para dormir; algunas noches no volvía, otras lo hacía por la mañana tras haber pasado la noche en el hospital. Lo único invariable de esa época fueron los gritos que inundaban cada rincón, y el miedo a hablar o a preguntar, la combinación de gritos y silencio mas brutal que he conocido.
Un día de sol le dijo que había encontrado el amor en otro lugar, y así, sin mas, se marchó y de nuevo se quedó solo, pero era una soledad diferente a la que ya conocía, esta dolía todavía mas.
En ese momento, se le presentaron varios caminos a seguir, unos fáciles y otros difíciles; escogió el mas fácil: el del odio.
Permitió que la rabia y el odio gangrenaran su mente, y todo ese dolor, la soledad aplastante, y su falta de fuerza y autoestima aumentaron vertiginosamente. Comenzó a odiar cualquier tipo de vida, y acabó canalizando ese odio en una sola dirección buscando un culpable para todos sus problemas.
Buscó a su alrededor gente con la que compartir ese odio, comenzó a intentar propagar todo aquello que le quemaba dentro y disfrazo su cuarto de insignias, libros nazis y esvásticas.
Una noche, colocó en una vitrina junto a su ejemplar del Mein Kampf una figura de Hitler que compró a través de Internet.
Una madrugada se dio cuenta de que el odio no lograba llenarle por completo, y así el mismo día que conoció a la actual madre de su hija, guardó en un cajón su pasado.
Años después mi madre encontró la figura de Hitler en aquel mismo cajón, y decidió sacar el pasado a pasear. Lo colocó frente a su cama, junto a las novelas históricas de mi padre, y entre sus brazos la Barbie bailarina de mi hermana.
Ese mismo día le preguntó si quería llevárselo; miró a su novia, después a su hija y contestó que no.
Bueno, si blogger no me cierra el blog por la foto ni bien ni mal....
ResponderEliminarRespuestas a las preguntas que todo el mundo se estará haciendo.
¿por qué mi madre tiene eso en su cuarto? no sé... es rara, y para ella no es mas que un muñeco igual que puede serlo la barbie. También tiene un mazo en el recibidor que da a la puerta y no es menos extraño.
¿por qué dejan que la niña juegue con el? por que lo vio, y simplemente le gustó mas que Ken. Tenía un traje mas currado.
¿por qué lo cuento? esa es fácil, porque me da la gana.
El tema del racismo, fascismo y demás me desconcierta, no soy capaz de comprenderlo ni aceptarlo. Cada vez que escucho un "yo no soy racista pero...." me hierve la sangre.
Interesante...
ResponderEliminarAl final, todos los ismos empiezan por "fanat"
Un abrazo
Desde luego, curiosa reflexión... :)
EliminarEs que el pero de cualquier frase invalida la primera parte de la frase. Psicología y publicidad lo saben bien. Y también se puede decir no soy racista sin peros y no saber que en el fondo un poco lo eres y a veces. La cultura bien entendida no lleva por el camino del racismo ni nada que acabe en ismo. La madurez es otra forma de abandonar esos odios mal encauzados. Cuando él dice que no se lleva ese muñeco es que ya ha abandonado lo que fue un exceso de testosterona que no se asimiló hacia nada positivo. Todos estos movimeintos violentos tienen su caldo de cultivo en la gente joven y desinformada. Pero no me voy del comentario sin decirte que el relato maravilloso, como siempre. Y la fotografía ya es que aburre decirlo pero es que también es genial.
ResponderEliminarPues si, invalida cualquier tipo de frase que tenga sentido.
EliminarEs igual que la gente que no es racista pero cree que los sudamericanos estarían mejor en su país porque aquí ya hay demasiado paro... realmente esto no se si tendrá algún nombre distinto al del racismo, o si es simplemente un problema de vocabulario y se relaciona el ser racista al odio a una raza en concreto, ya sean negros, gitanos, chinos, marroquies o lo que sea.
A mi parecer la mayoría de gente que se une a bandas de este tipo lo hace porque se encuentra perdido, y sobre todo la incultura juega muchísimo en ese papel.
Un saludo, Neko. A lo que dice Hou, añado que el título también está muy bien.
ResponderEliminarGracías Pepe!! la verdad es que hecho de menos poder leerlos mas, y poder hacer... cosas en general. Estoy viviendo una época de mi vida un tanto agitada
Eliminarhola neko, me alegra encontrarte de nuevo!
ResponderEliminarcada uno se desahoga como le da la gana como tú bien dices... que es extraño, pues si... pero quién no tiene algo raro, para otros, en su casa?!
Si desaparecer me costará desaparecer, pero me siento estafada... cuando me contrataron en este lugar no me dijeron que iba a tener que trabajar ocho horas diarias, ocho!!! :D
EliminarTe echaba mucho de menos, Neko, te he visto comentar en el blog de Pitt y Pepe y me ha dado mucha alegría.
ResponderEliminarEl relato, como los tuyos de costumbre, muy bueno y que no te deja indiferente y te hace pensar. Eso de "yo no soy racista pero..." se escucha constantemente y te hace hervir la sangre y muchas más cosas. Como dices tú, es algo que, sencillamente, no se puede comprender. No entra en la cabeza. Y asquea. Parafraseando: yo no soy violenta, pero... sí, mataría o golpearía a esa gente. Dejémoslo.
Un beso enorme, Neko, y no te pierdas tanto tiempo otra vez, que se te añora mucho, bonita.
Y yo echo de menos leeros a todos como antes, pero el tiempo libre últimamente no abunda en mi vida. Ayer estaba haciendo una ronda de los blogs que suelo leer hasta que tuve que irme, pero no te preocupes, te prometo que no te había olvidado y que quiero pasarme por tu casa.
EliminarEl problema del racismo es muy complejo. Supongo que en una sociedad en la que a nadie le faltara nada no abundaría tanto. Pero cuando algo no marcha bien en la vida muchas veces intentas buscar un culpable. Si te falta el trabajo porque no culpar a los inmigrantes? y si hay robos y atracos? lo mismo... lo malo es que si que es cierco que hay ciertos colectivos de inmigrantes entre los que abunda la delincuencia, y pagan justos por pecadores.
Intentaré no tardar tanto la próxima vez, de hecho tengo dos sueños a medias de publicar, pero ni para buscar o hacer una foto en condiciones tengo tiempo!
Pero así como no vas a tener pesadillas tú.
ResponderEliminarEspero que tu hermano guardara su pasado bajo llave y tirara ésta al fondo del mar.
No sé cuál será la razón, pero creo que no debe tener relación con mi vida, porque las tengo desde pequeñita. Con pocos años ya le contaba a mi madre mis extraños sueños.
EliminarEncantado de leerte y de saber de tí. Más vale poco y bueno, que mucho y malo (parece mentira que sea yo el que lo diga).
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
un relato estupendo y tu aclaración sobre tu entrada me ha encantado.
ResponderEliminarRelájate y ven cuando puedas, siempre es un placer leerte.
Un beso
La verdad es que la Barbie representa algo sino peor, si tan malo como el otro muñeco.
ResponderEliminarEl consumismo y el sexismo pueden ser tan malos como el fascismo, aunque reporten a día de hoy muchos más beneficios económicos. Al menos los fascistas eran conscientes de lo que querían.
Me lo ha quitado de la boca Piedra...
ResponderEliminarSuerte que de pequeños solo nos llaman la atención los colores, no los símbolos.
Un beso amiga.
Salu2
Hay gente pa´to. (Como diría el Guerra)
ResponderEliminarMe alegra leerte de nuevo. Como siempre densa, onírica y muy personal. La foto me hace pensar. Te ha tenido que costar mucho colocar las cabezas en la posición en que las has fotografiado. Eva Braum estará revolviéndose en su tumba al ver a su Adolf liado con una rubia americana. saludos,
ResponderEliminarLo metió en un cajón; eso es lo importante.
ResponderEliminarUn abrazo
Neko, no voy a entrar mucho en el tema polémico, tan solo decirte que te sigo leyendo, espero que saques tiempo para el ocio, que te canses lo menos posible en el trabajo y que mucho ánimo.
ResponderEliminarBesos.
Como dicen por ahí arriba, los peros quitan y merman todo lo dicho anteriormente, fabulosa entrada, como siempre haciendo que nuestras neuronas se pongan en fila y den su veredicto, siempre unánime y afirmativo, un gustazo leerte. Espero que tu época se desestérese un poco y puedas disfrutar de todo lo que te gusta guapetona.
ResponderEliminarY ahora un pequeño inciso, te vi en mi blog, en la entrada de mi concurso y he de decirte que no es como el año pasado en el que había que escribir relatos, este año es un sorteo, en el que con dejar un comentario en la entrada del concurso (cosa que ya hiciste) y mandar un correo, quedas inscrita. Así que si te apetece, ya sabes.
Un besote mi reina bella, espero que pases un inicio de semana genial :DD
Fantástica historia la que nos cuentas. La naturalidad nos choca porque no se permite.
ResponderEliminarY, como bien dices todo aquello que en una frase va delante del "pero" , no cuenta.
Gran blog, me quedaré por aquí
Besos
Barbie no ha sido nunca uno de mis personajes preferidos, sino más bien todo lo contrario, como su Kent de hoy.
ResponderEliminarMagnífica, Neko, como siempre.
Un besazo por este nuevo sueño.
Un texto muy bueno. Realmente es más fácil llegar al hígado que a la cabeza, con odio en las tripas, cualquier mirada es sospechosa. Me gusta el tono vitalista en medio de esa historia algo sórdida y triste, la capacidad para poder reengancharse.
ResponderEliminarUn beso.
A ver señorita... ¿donde se mete usted? La veo muy perdida. (Me hubiera gustado enviarle esto por correo pero en su perfil tampoco aparece. Buen día.)
ResponderEliminarLlegué a tu blog no recuerdo cómo, pero qué bien que llegué para poder buscar en el lo que me interesa, historias que me llenen y me guste compartir, cosa que hago de inmediato.
ResponderEliminarCon tu permiso, espero, lo asomo a mi ventana.
Un abrazo desde el Sur.
Muy bueno, te sigo y te leo me encanto!
ResponderEliminar