Mi compañero ha vuelto a las andadas. Volvió a comentarle al majara que odiaba su trabajo y un día nos mataría a todos, pero esta vez la respuesta ha sido distinta.
Todo serio, el majara le pidió que me matara primero a mi.
No sé como sentirme, resulta dura la evidencia de que alguien desee tu muerte. Por el momento, cuando me lo han contado me ha dado la risa tonta.
Ahora no sé que hacer, si comenzar a alejarme de él y no mirarle a los ojos, o poner a prueba su cordura. Creo que haré lo segundo. Siempre me ha gustado el riesgo.
lunes, 24 de mayo de 2010
Mi muerte
Etiquetas: trabajo
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